sábado, 12 de septiembre de 2009

50 Cent:Bulletproof


Llevamos ya unos años viendo como las compañías explotan personajes y licencias ofreciendo juegos de dudosa calidad, y a estas alturas, costaba de creer cuando vimos por primera vez a 50 Cent Bulletproof en el pasado E3 que uno de acción en 3ª persona protagonizado por el incorregible Curtis Jackson (su nombre real) iba a romper esa triste tónica que se manifiesta en este mundillo de un modo cada vez más frecuente. Y desgraciadamente, hemos acertado: Bulletproof es uno de los peores juegos aparecidos en los últimos meses, y un ejemplo más de que determinadas compañías tienden a anteponer la comercialidad y el propio interés económico a la experiencia jugable. Algo así como el Barça y el Madrid, pero aplicado al mundo de los videojuegos.
Observa 50 Cent Bulletproof en movimiento en este vídeo.

En 50 Cent Bulletproof encarnamos al incorregible rapero, en una aventura que viene a plasmar la vida soñada de este personaje estadounidense: ser el más "malote" del barrio mientras una panda de incoherentes apoya toda decisión que 50 toma incoherentemente. Y os estaréis preguntando, ¿pero eso no lo hacía también el 'prota' de GTA: San Andreas, no? Sí, pero Rockstar siempre tuvo la sutileza de teñir de humor negro cada escena, haciendo burla de la irracionalidad de la propia situación; en 50 Cent Bulletproof, en cambio, cada escenita da vergüenza ajena. Así que controlando a Fifty, y con toda la G-Unit cubriéndonos las espaldas, nos embarcamos en una absurda lucha para salvarle el pellejo a K-Dog, amigo de 50 Cent. La cosa acaba de salir del todo bien: 50 Cent recibe sus correspondientes 9 balazos (los mismos que supuestamente también ha recibido en la vida real) y K-Dog muere, así que todo acaba convirtiéndose en la típica historia de venganza cuyo único propósito es glorificar y engrandecer la figura de'Fifty.
Total, que en base a esa "interesante" trama, se nos propone, como ya decíamos, un típico juego de tiros con un desarrollo que guarda cierta similitud con el de Max Payne. Decimos cierta porque no deja de ser un menosprecio a la saga de Rockstar el hecho de compararlo con el presente juego. Analicemos apartado por apartado ahora pues, en qué ha fallado Vivendi a la hora de digitalizar al hijo pródigo de Eminem, y que dicho sea de paso, también hace acto de presencia en el juego. Nos asusta solo de pensar que pronto también le de a alguien por hacer un juego basado en la dramática historia del blanquito de Detroit.
g r á f i c o sMás allá del incuestionable parecido de 50 Cent con su homónimo digital, y de algunas animaciones de los personajes principales, el apartado gráfico del juego es todo un despropósito. Los escenarios se llevan la peor parte. Entendemos que PS2 ya no está para muchos trotes a nivel de texturizado, pero esa no debe servir como excusa para justificar unos escenarios sosos, alarmantemente oscuros, y vestidos con unas texturas sin ningún tipo de detalle o mínimo trabajo artístico. Y la variedad de éstos tampoco ayuda: no dejamos de recorrer largos pasillos, habitaciones vacías, calles desérticas y zonas de tamaño muy limitado.
Pero y es que, más allá de los movimientos cool de 'Fifty', las animaciones y el diseño de los enemigos también dejan mucho que desear. Se mueven como robots, tal y como sucedía con los juegos años atrás, y hoy por hoy, hay cosas con las que ya no tragamos. Como mucho podríamos mirar de destacar el intento de física que se le ha aplicado a algunos objetos del escenario con los que podemos interacturar, pero es que la respuesta a nuestras acciones es tan irrealista que ni tan siquiera en ese aspecto Vivendi ha logrado un trabajo aceptable

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