
Su desarrollo ha sido algo extraño y hasta desconcertante, intentando buscar su sitio exacto, con constantes idas y venidas en cuanto a fechas de lanzamiento, y con la incertidumbre, durante mucho tiempo, de qué pasaría con la versión de la primera entrega para PlayStation 3. Al final, lo usuarios de la consola de Sony se vieron obligados a esperar hasta la secuela, que llega también para Xbox 360 y PC. Pero su salida se vio retrasada más de lo esperado, posiblemente condicionada por el éxito sin precedentes de Grand Theft Auto IV, auténtico rey del género. Después llegarían nuevos anuncios como la discutible inclusión de la diva del porno Tera Patrick como productora, algo que parecía enfocado a captar la atención sin importar cómo. Después de mil y una vicisitudes, por fin llega a las tiendas Saints Row 2.
Lo hace envuelto en un aura de mucha expectación, en gran medida por culpa de las inevitables comparaciones con el último GTA, y alimentado por las ansias de aquellos pocos que, insatisfechos con la obra de Rockstar, esperan grandes cosas del título de Volition. No en vano, se atrevió a sacar un tráiler parodia del que, inevitablemente, es su rival más directo, prometiendo mucha más acción, explosiones y situaciones inolvidables. En ese aspecto, es un título que cumple: su mayor virtud es, al mismo tiempo, su mayor defecto, ya que todo está envuelto por un manto de exageración (cómica en muchos casos), que saca punta a todas las situaciones alejándose de la normalidad una y otra vez. Supone todo lo contrario a GTAIV, dentro del mismo género, y así encuentra su hueco.
Un gran comienzoEl inicio del juego hace presagiar grandes cosas. Nos encontramos en la cárcel, donde daremos forma a nuestro personaje (llega bien tapado al hospital de la cárcel, por lo que podremos determinar todas las facciones sin que estas contradigan los primeros momentos en pantalla del protagonista); tendremos la posibilidad de definir muchos parámetros, desde la altura y la edad hasta el tipo de piel o tatuajes, incluso el sexo (podremos ser hombre o mujer), por lo que a nivel de personalización el juego llega incluso mucho más lejos que su predecesor. Un editor bastante potente que permitirá que los usuarios plasmen sin muchos problemas lo que quieran en pantalla, aunque siempre dentro de las limitaciones inherentes al momento del juego en el que nos encontramos (habrá detalles que deberán esperar a que tengamos acceso a ellas, como ropa y complementos).
Una vez volvamos a la vida, nuestra primera misión será escapar de la cárcel. Un sencillo tutorial, bastante lineal pero, al mismo tiempo, sorprendente. La credibilidad de esta fuga, así como la variedad de escenarios que atravesaremos dentro de la propia prisión, nos hace pensar por un momento que esa calidad se mantendrá a lo largo de toda la aventura. Pero no es más que un espejismo, ya que tan pronto como tengamos libertad para movernos, llegará la repetición constante de situaciones. Stillwater sigue siendo tan grande como siempre, y en algunos de sus parajes es más bonita que nunca, pero las situaciones que nos toparemos están lejos de resultar espectaculares.
Argumentalmente, el juego es bastante débil, por debajo del original. Nuestro personaje tendrá como objetivo devolver la vida a la banda de los Saints Row, llevándola de nuevo a su época de gloria y esplendor. Para ello, se convertirá rápidamente en el líder, reclutará miembros para su banda y eliminará a las bandas rivales, haciéndose con el poder de las distintas zonas de Stillwater. A diferencia del original, aquí no habrá una figura paternal, un líder que nos confiará sus secretos, sus intenciones, que repartirá las misiones y nos impartirá su filosofía de vida, razonándonos el cómo y el por qué debíamos hacer algo. Somos nuestro propio líder y, para bien o para mal, nuestro personaje sólo conoce la violencia y la destrucción.
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